Parece una condena por sentencia judicial y en cierta forma lo es. Se trata del tiempo que Adif ha tardado en realizar la obra del túnel de Andrómeda en la ciudad de Valladolid. Son 1.765 días durante los que muchos vecinos de nuestra ciudad hemos tenido limitada la movilidad y notablemente alteradas las condiciones de vida. Particularmente han sido quienes viven en Pilarica, Belén y Santos-Pilarica los principales perjudicados por esta situación que requiere una profunda reflexión y una seria evaluación de todo el proceso de construcción. Es imperativo evitar que se vuelvan a producir errores groseros que amenazan con repetirse en Valladolid y en cualquier punto del territorio español donde Adif realiza obras. Y son muchos.
Citemos algunos aspectos:
- No se puede planificar una obra pensando únicamente en muros de hormigón, túnel y vías del tren olvidando a los vecinos del entorno porque esos vecinos son también ciudadanos que tienen derechos y merecen un respeto. Esos derechos han quedado triturados al cerrar Adif accesos cuando existían alternativas que facilitaban la movilidad de las personas, al incumplir sistemáticamente los compromisos que ellos mismos se marcaban o alargar de forma injustificada obras que tanta incomodidad han generado.
- Dejar que las compañías telefónicas, de gas o electricidad realizaran el desvío de sus instalaciones antes de las obras del túnel se demostró que fue un error garrafal. Estas compañías adaptaron los tiempos de dichas obras a su conveniencia y demoraron el inicio de las mismas de forma injustificada. Además, pasaron facturas de importe considerable al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias que fue quien pagó las mismas. Por no mencionar que en varios casos se utilizó una zanja para enterrar unos cables, se tapó y después volvió a abrirse la misma zanja para enterrar cables de otra compañía.
- El compromiso para realizar el paso de Rafael Cano y el túnel de Andrómeda se firmó a la vez. Fue el 17 de mayo de 2017. El ayuntamiento finalizó Rafael Cano en abril de 2019. Adif ha tardado tres años más.
- El proyecto, mal redactado en su inicio, exigió modificaciones que incrementaron el gasto en un 9 % (500.000 €) y exigió ruidosos trabajos nocturnos que el verano pasado alteraron el descanso de los vecinos del entorno.
- El ayuntamiento ha intervenido a petición de los vecinos de forma eficaz para solventar algunos problemas que generaba la obra pidiendo una modificación del vallado para que el aislamiento de los residentes no fuera tan drástico . También ha facilitado la llegada de una nueva empresa (COMSA) cuando la inicial adjudicataria de la misma (ECISA) decidió abandonarla. Sin embargo, los técnicos municipales no han hecho un seguimiento preciso y frecuente -o si lo han hecho, ha pasado desapercibido o los responsables de Adif les han ninguneado- y el resultado es que muchos remates presentan problemas de diseño que arquitectos y técnicos municipales deberían haber tratado de solucionar durante el proceso de construcción sin esperar a que hayan sido los vecinos quienes les hayan puesto sobre aviso en esta fase final de la obra.
- El proyecto del túnel de Andrómeda en su configuración actual presenta carencias que dificultan su integración en el entorno urbano donde está ubicado y carece de previsiones para las obras futuras que Adif tiene previsto realizar en el corredor ferroviario vallisoletano en el lado norte de la ciudad.
Algunos ejemplos:
- La caseta de acceso a las bombas de achique ha quedado ubicada en superficie en mitad de la plaza Aviador Gómez del Barco. Haberla enterrado evitaría el espectáculo de una especie de ataúd abandonado en medio de la plaza.
- El acceso peatonal mediante escalera en la calle de la Salud y los muros que lo rodean dificultan cualquier desplazamiento del muro de la vía dentro del proyecto de integración ferroviaria.
- La ubicación de los muros de la vía a la altura de la plaza Aviador Gómez del Barco no tuvo en cuenta el desplazamiento de dicho muro para facilitar el futuro desdoblamiento de la vía del Ave en ese punto.
- El recorrido peatonal ofrece rincones que invitan a recibir un susto cualquier noche.
No cabe duda que la apertura del túnel de Andrómeda mejora la movilidad de los ciudadanos de Valladolid y en particular de los residentes en Pilarica , Belén o Santos-Pilarica. Pero se han cometido graves errores. Si estos errores se repiten en cada uno de los pasos previstos en el plan de integración ferroviaria de la ciudad, el futuro próximo es desalentador.
El soterramiento de la vía del tren y la supresión del muro ferroviario son alternativas que evitan estos problemas y aportan indudables ventajas para todos los vallisoletanos muy por encima de su costo financiero.