Nota de prensa, 1 de julio de 2024

El proyecto de “Buena Vecindad”, que busca prevenir y abordar la soledad de las personas mayores mediante la creación de vínculos de vecindad, apoyo mutuo y amistad, se viene desarrollando desde el año 2018, financiado parcialmente por un convenio con el Ayuntamiento de Valladolid. Este año el Ayuntamiento ha decidido no suscribir el convenio, por lo que la Federación se ve obligada a suspender el proyecto, al no poder hacerse cargo del salario de la persona que lo coordina.

El proyecto se centra en personas mayores en situación de soledad a las que se proporciona   acompañamiento a través de una bolsa de voluntariado. Para organizar la búsqueda de personas usuarias y voluntarias, y mediar entre ambas partes a fin de facilitar la creación de lazos de compromiso y amistad, es imprescindible la Técnica del Programa, que además se encarga de la difusión del mismo, la organización de actividades colectivas, el contacto con otras organizaciones, tanto de voluntariado como demandantes de ayuda para mayores, y toda la gestión del proyecto.

Sólo durarte el pasado año, se acompañó a 20 personas entre los 70 y 90 años, mayoritariamente mujeres en situación de soledad. Para romper ese muro que supone la soledad no deseada, se contó con 45 personas voluntarias, 10 de ellas estudiantes de la Universidad de Valladolid. En total, 2.095 horas en las que nuestras personas mayores no estuvieron solas.

En números, 0,68€ por persona atendida y día. O si se prefiere, 2,39€ por hora de acompañamiento. Esto es lo que le supuso al Ayuntamiento de Valladolid el convenio suscrito con la Federación para ayudar al desarrollo de este proyecto de lucha contra la soledad no deseada en 2023. Nunca 5.000€ dieron más de si.

Desde la Federación no hemos tirado la toalla. Estos primeros seis meses, el proyecto se ha mantenido gracias a un contrato gestionado por CAVECAL (Confederación de asociaciones vecinales de Castilla y León), y subvencionado por la Unión Europea. En este momento, nos vemos en la difícil tesitura de despedir a la técnica del programa, y despedirnos de las personas usuarias y voluntarias. Pero seguimos buscando financiación para un proyecto que consideramos imprescindible, y que se podría haber mantenido aún sin convenio, si el Ayuntamiento hubiera resuelto las subvenciones gestionadas desde la concejalía de Personas mayores, Familia y Servicios sociales, de las que no se sabe nada a fecha de hoy.

A pesar del momento de individualización que vive nuestra sociedad, o precisamente por eso, creemos firmemente que somos los vecinos y vecinas, como agentes más cercanos, quienes debemos en primer término ocuparnos de nuestras personas mayores. Este proyecto sólo quiere hacer honor a su nombre, y recuperar la “buena vecindad” que nunca debió perderse en nuestros barrios, especialmente con las personas más vulnerables. En ese empeño seguiremos trabajando, a pesar de las dificultades.